domingo, 5 de diciembre de 2010

CRIA CUERVOS...

El vecino del ático primera antes o después nos dará problemas... Este mes es la segunda vez que le he visto entrar en su piso con una jaula repleta de ratolines profetizó la Sra. Reme que vivía en el mismo rellano y en la puerta contigua.
Qué hombre tan extraño, yo creo que le falta algún tornillo recalcó Francisca, amiga de Reme y propietaria del cuarto segunda.

Los vecinos que residían en el bloque B-2 de la calle Verdi en pleno corazón del barrio de Gracia empezaban a preocuparse por las rarezas de Damián, el inquilino del ático.
Ya hace algún tiempo que el presidente de la comunidad estuvo a punto de llamarle la atención prosiguió la Sra. Reme. Creemos que hizo reformas en su vivienda a escondidas y sin autorización. Durante varios días y en horas diferentes subió por el ascensor placas metálicas y unos cristales que parecían ventanas.

Aquella tarde fría y lluviosa la Sra. Reme se hacía la remolona, era una persona mayor con los achaques propios de su edad, y desde que enviudó cada vez le apetecía menos salir de su piso para hacer las compras. Al final se decidió, abrió su puerta y al mirar al rellano casi le da un patatús, en ese preciso momento su vecino el “rarillo” salía del ascensor con una gran jaula, pero esta vez ¡horror! llena de hamsters. La Sra. Reme no se pudo contener, desenfundó su lengua y le disparó el interrogante a bocajarro.
¿Qué vecino, ahora se va a dedicar a la cría de hamsters?
No Sra., me los voy a comer crudos replicó Damián burlonamente, y sin dar más explicaciones entró en su vivienda.

Como era comprensible la noticia corrió como la pólvora por toda la escalera. Cuchicheaban en pequeñas tertulias improvisadas y las conversaciones siempre giraban sobre el mismo tema. ¿Qué hará ese hombre con los ratones? Cada persona tenía su propia teoría, desde que hacía sacrificios con animales vivos en ceremonias de magia negra, pasando por los que afirmaban que lo suyo era la reproducción para luego venderlos, claro que esta teoría quedaba desmentida al preguntarse unos a otros si había visto alguna vez a Damián salir de su piso con los roedores. Al final, la opinión mayoritaria seguía siendo la más peliculera, el vecino era un vampiro venido a menos y se conformaba con la sangre de los pequeños animalitos.

Evidentemente llegado a este punto la intranquilidad de los vecinos se multiplicó. El bloque se convirtió en un gigantesco gran hermano, con docenas de ojos vigilando al díscolo vecino cuando entraba por la portería. A su paso, automáticamente todas las mirillas se transformaban en mini cámaras que escudriñaban todo lo que portara. Así detectaron que Damián había introducido en su piso como mínimo treinta hamsters más en los últimos tres meses.

Ya los vecinos empezaban a tener miedo hasta de cruzarse con él, los más fantasiosos incluso decían que los colmillos le habían crecido. Pero lo “gordo” estaba por llegar. El servicio de vigilancia siempre atento a las mirillas y al ascensor, detectó transcurridas tres semanas de aparente tranquilidad lo que se consideró la noticia “bomba”. Fue visto a su paso por la portería, y mientras esperaba el ascensor con una jaula sospechosa y disimuladamente cubierta. El temor fue confirmado por la confidente del ático. ¡El contenido de la jaula eran conejos!


Aquello fue la revolución vecinal, todos a una se dirigieron al presidente de la comunidad exigiéndole una reunión urgente. La asamblea general se celebró a las veinticuatros horas. Ni los vecinos más viejos del bloque recordaban una reunión tan breve y unánime. (Alguno irónicamente comentó que para cambiar la instalación de los contadores del agua tardaron dos años en ponerse de acuerdo). La junta vecinal refrendó al presidente para que en nombre de todos exigiera explicaciones al vecino del ático en lo referente a la acumulación de animales en su piso, y en el supuesto de que no fueran satisfactorias denunciarlo a las autoridades sanitarias y municipales. El día elegido para la cita fue el sábado a las doce del mediodía.

No les dio tiempo. El jueves por la tarde tronó en todo el bloque la voz de Damián gritando como un poseso ¡Socorro, auxilio! A continuación varios fortísimos golpes, pasados unos minutos apenas se oían balbuceos. Apresuradamente algunos vecinos colindantes, al escuchar las llamadas de socorro subieron velozmente. La puerta del ático primera estaba cerrada, repetidamente llamaron a Damián, al otro lado los gritos continuaban implorando auxilio, pero cada vez con menos intensidad. Aquello tenía mala pinta pensaron los vecinos, y rápidamente llamaron a la policía. En pocos minutos llegaron varios coches patrullas y los agentes se hicieron cargo de la situación.

La policía inició su protocolo de actuación: primero llamaron a la puerta notificando que abrieran en nombre de la autoridad, no hubo respuesta. La segunda fue la más efectiva, un certero golpe con un gran mazo abrió la puerta de paren par. Los agentes entraron con precaución en la vivienda, ya los vecinos les habían puesto al corriente de los antecedentes del inquilino.

En el comedor no había rastro de violencia, a continuación ojearon la habitación más próxima al comedor, la puerta estaba entreabierta y en el interior permanecía silencioso. Al fondo del pasillo estaba la siguiente, al acercarse escucharon gemidos muy débiles. Intentaron entrar, pero la puerta estaba cerrada por dentro. Los agentes ejecutaron la segunda opción del protocolo sin contemplaciones. Una vez abierta la puerta dos policías entraron con sigilo, pero apenas dieron dos pasos tuvieron que retroceder a toda velocidad. La escena que contemplaban les cortó la respiración y un escalofrío recorrió sus cuerpos. Al fondo de la habitación había un gran terrario transparente con la puerta entreabierta; en el suelo y al lado del mismo permanecía Damián fuertemente inmovilizado. Sus ojos, completamente abiertos parecían que se iban a salir de sus orbitas revelaban el pánico que sentía. Su jadear lento y entrecortado pronosticaba una inminente asfixia. Por todos los rincones de la habitación reptaban libremente un ramillete de pequeñas y variadas serpientes. Mientras tanto, Damián seguía vigorosamente atrapado entre los anillos de una colosal Boa constrictor.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

A UN FILÓSOFO

Que escribir, cuando de las entrañas
sólo el fuego aterrador surge al exterior.
Cuando el corazón se achica de dolor,
y la mente nos devuelve recuerdos
ocultos en desvanes, que se abren de paren par.
Sólo piensas y no dejas de pensar,
cuantos sufrimientos, cuantos gritos al destino
que nos deja en manos de los hombres.
Que hacer, cuando la angustia sube arrolladoramente
por nuestra laringe, la rabia destroza nuestra alma
y sólo queda amargura, resentimiento
y las eternas preguntas, ¿porqué, porqué, porqué el?

Q-4

Quisiera saber escribir bellos y sencillos poemas.
Tener sabiduría para entrelazar las humildes vocales,
que a su vez abrazaran a las altivas consonantes
y nacieran emotivas palabras de amor que acariciaran
nuestros sentidos.
Quisiera que la vida, la única e irrepetible vida
que el azar nos concedió, fuera como un paseo,
a veces apacible, a veces con subidas y bajadas
pero siempre aferrados a nuestras manos
para que nunca la distancia nos separe.
Quisiera que los amaneceres, fueran como una lluvia fina
que calara hasta el alma, e inundara de esperanzas tantos
corazones afligidos.
Quisiera tantas cosas, pero todo lo olvidaría por que tu amor,
no escrito ni leído permaneciera como el hilo en la aguja,
juntos, hasta acabar el pespunte de nuestras vidas

domingo, 20 de junio de 2010

FUENTE DEL LAUREL

Solitaria entre la maleza,
paciente y ajena al tiempo
sigues desparramando ese hilo
de vida transparente que
en su vientre, la tierra guarda.

Tu cristalina agua, antaño
atraía a curiosos y andarines
que a tu lado su sed calmaban,
y a sus casas te llevaban en
curiosos utensilios.

También recogían hojas del
oloroso laurel que fértilmente
a tu lado crecía. Con el,
todo lo compartías: tu
aromático nombre, el
implacable sol del día, el
silencio de la noche y el agua
que de tus entrañas salía.

Del laurel te despoblaron,
menguaste tu caudal, pero
sigues incansable manando
recuerdos a mayores, que un
día niños fueron y corrieron en
tus dominios, soñaron aventuras
y en tu boca bebieron.

jueves, 6 de mayo de 2010

PESADILLAS

Temblando y con lágrimas
en los ojos me desperté .

¡Qué horrible pesadilla!
Soñaba que el destino te
arrebataba de mi lado.

¡Cuanta sería mi angustia
y dolor, que ni el sueño
pudo soportar tanta aflicción!.

Te contemplo, sigues
apaciblemente dormida.

Hacia arriba miro y doy mil
gracias sin saber a quien.

Tan profundo es mi querer,
que ni en la fantasías de mis
sueños yo te quiero perder.

LENTAMENTE

Desde el vértigo de los cincuenta y cinco años,
deslizo una mirada nostálgica hacia la planicie
de mi adolescencia.
Repleto de ilusiones, forjado en las tareas y
hambriento en el saber transcurría lenta muy
lentamente el tiempo para ser mayor.
Pasos hacia delante, hacia atrás y a veces no
sabes para donde.
Era el caminar inseguro y vacilante por las
sendas de la vida cuando los años se cuentan
con los dedos de las manos y algunos más.
Escasas las tareas que atender y abundante
el tiempo libre, nuestra mente burbujeaba
fantasías delirantes con sólo mirar a una chica,
y nuestro corazón se aceleraba cuando el
espejo descubría por fin... Algunos vellos en
la cara.
Todo nuestro mundo consistía en: una plaza,
cuatro calles y unos amigos para jugar.
Sonrío desde mi atalaya. Lo veo correr y jugar
a las bolas. También enfadarse, y reprimidos
lloros cuando algunas cosas que ve, todavía no
las puede comprender.
Transcurrieron inexorablemente primaveras
y veranos.
Crecieron las tareas a la vez que su cuerpo.
Tempranamente, el sabor agridulce del trabajo
le recordó el significado de la palabra “necesidad”.
En su espalda empezó a acumularse el peso de
la sensatez. La mente se debatía entre la
preocupación y la diversión.
Ya los años no se podían contar con los dedos de
las manos. ¡Por fin... Era mayor!

sábado, 13 de febrero de 2010

COMO DECÍRTELO

Pasa la vida, van pasando los años
el tiempo ajeno al presente camina imparable
hacia el futuro.

Mi querer, de raíces profundas permanece
anclado a su lado como velero en la orilla del
mar.

Pero mis pensamientos se enturbian cuando
quiero decirle tantas cosas y no encuentro el
momento de abrirle mi mente.

Como hablarle de amor sin que le suenen a
palabras repetidas y algo descoloridas.

Me gustaría decirle, que sólo su presencia me
provoca emoción. Tal vez me mire incrédula
y me premie con una sonrisa

Como explicarle que con una llamada, al sentir
su voz me inunda un bienestar adolescente y
deseo verla apenas el atardecer me cuenta,
que es hora de regresar

Que un día nublado, soleado me parece;
y un triste paisaje, en jardín se transforma.
¡Cuando de su mano paseo, todo cambia de color.!

Aplazo mis sentimientos y llamo a mis sentidos

Te miro cariñosamente, te abrazo, me aferro a tu
cuerpo como náufrago al madero,
y juntos sonreímos.

Dejamos que fluya la vida y, los años, ¡que pasen!...