Me hundo en el agua, incrédulo y cada
vez mas asustado.
Intento nadar de todas formas, braceo sin parar
y muevo los pies alocadamente, ¡Es inútil!
Sólo asomar la cabeza, irremediablemente,
como si un tentáculo tirara de mi hacia
abajo, vuelvo a hundirme.
El pánico se apodera de mi,
empiezan a desfilar por mi mente, como si fuera
una película acelerada, imágenes de mi vida
y de mis seres queridos,
ya convencido que no los veré mas.
Que angustia, empiezo a sudar, creo que de miedo,
cada vez me falta mas el aire en mis pulmones,
quiero gritar pero no sale ningún sonido
de mi garganta.
Agotado, casi resignado a mi suerte y con el último
suspiro que me queda,
intento sacar la cabeza del agua y con un grito
desgarrador pido ¡Socorro, socorro!
¡¡De pronto veo la luz!!.....y a mi mujer
diciéndome, despierta, despierta y deja de gritar.