domingo, 28 de junio de 2009

LA CARRERA

La niña corre torpemente
con la destreza de la infancia.

Su cabecita nerviosa, gira de un lado
a otro.

Los ojos abiertos de parempar.

La boquita sonriente enseñan
una incipiente escalera de minúsculos
peldaños.

¡Ya está cerca!

Los últimos metros son eternos.

Su cuerpecito va por delante de sus piernas
desafiando al equilibrio.

El esfuerzo está a punto de concluir.

Alarga sus bracitos, "llega a la meta"
y balbucea,
ma-ma, ma-ma.

miércoles, 3 de junio de 2009

TAMARIU

Las olas golpean las rocas
con su sonido hueco, transmitiendo
como reloj infinito
el paso del tiempo.

Desde lo alto contemplo el rito
milenario y monótono.

Vuelven una y otra vez,
cabalgando con invisibles jinetes a lomo
de sus crestas
deseosas de llegar a sus metas
y vestirse por unos instantes
con blancas túnicas.

¡Todo sigue igual, como siempre!

Recuerdo los días de un tiempo lejano
cuando en esas rocas,
jóvenes sedientos de aventuras
y aprendices de Neptuno
buceaban sin descanso
en busca de un trofeo que satisfaciera
sus ansias adolescentes.

Sigo mirando las olas fijamente
como hipnotizado
pensando que han visto pasar generaciones
tras generaciones
durante siglos y siglos.

Pasará nuestra vida como un silbido
del viento
o el vuelo fugaz de una gaviota.

¡Y todo seguirá igual, como siempre!